Solo niños con un poco de experiencia



Con José Cruz González  y el elenco de su obra: "Tomás and the Library Lady".

Mientras veía las nubes pasar bajo el avión que me llevaba de regreso a la Ciudad de México, intentaba distinguir en dónde terminaba el estado de Texas y dónde empezaba el territorio mexicano. El intento fue inútil. En el aire, las fronteras son invisibles.

Durante los últimos días del mes de enero, alrededor de un centenar de personas hicimos caso omiso a las distancias que nos separaban, al frío invernal, a los discursos de intolerancia, a las barreras del idioma, y nos encontramos para reflexionar sobre el papel de los hacedores de teatro para jóvenes audiencias en los tiempos que corren. Convocados por un puñado de organizaciones entre las que destacan Latinex Theatre Commons, Howlround Theatre Commons, Teatro vivo, y la Universidad de Texas en Austin, un grupo heterogéneo de personas que habíamos viajado desde los confines más apartados del continente, pudimos asistir al Primer Festival de Teatro Sin Fronteras para jóvenes espectadores; un encuentro histórico en el que la comunidad latina de Estados Unidos y sus pares de México y Latinoamérica, pudimos establecer puentes de comunicación durante tres intensos días de funciones teatrales, paneles de discusión, lecturas dramatizadas y ratos amenos para compartir los alimentos para el cuerpo y para el alma con viejos y nuevos amigos. Esta corta estancia en Austin me permitió descubrir un mundo totalmente nuevo para mí: el excitante, rico y diverso teatro latino de los Estados Unidos, y compararlo con las obras venidas de Chile y México.

"Cenicienta". Fotografía de Erika Nuñez.

El festival dio inicio con Cenicienta, escrita por Caroline Reck y Rupert Reyes. Esta obra para niños, producida por Teatro Vivo y Glass Half Full Theatre de Austin, Texas, es un espectáculo unipersonal que combina la actuación con el teatro de objetos para actualizar y contextualizar al personaje del cuento clásico. La metáfora es acertada y poderosa al ubicar al personaje de Cenicienta como parte de tres grupos sociales que histórica y sistemáticamente han padecido relaciones de opresión, pues la protagonista de esta historia es una adolescente/mujer/latina.  Es interesante que, mientras el personaje del cuento clásico es valorado por su apariencia física, el de esta puesta en escena, lo es por su habilidad para escribir. De esta manera, los espectadores somos invitados a ver el cuento clásico con una mirada diferente, y a valorar al personaje no como objeto del deseo, sino como persona creadora y creativa. De igual manera, se rompe con los estereotipos raciales y culturales al presentar al personaje como una adolescente latina que habla español. Este pequeño detalle produce un gran impacto entre los jóvenes espectadores, muchos de ellos latinos, que se sienten representados en escena de una manera positiva. Aquí, el personaje latino no es un mero elemento ambiental de la historia, un narcotraficante, indocumentado o pandillero, sino el protagonista. Otro aspecto importante de esta puesta en escena es la revalorización del idioma como un rasgo de identidad y de orgullo.

Títere de la obra "Niños que fueron grandes".

La segunda puesta en escena estuvo a cargo del grupo La Negra María Teatro de Chile con la obra Niños que fueron grandes, un espectáculo de creación colectiva dirigido por Nicolás Valiente Blamey. El grupo sudamericano integrado por cuatro actores/marionetisas, presenta un espectáculo que fusiona un trabajo corporal altamente estilizado, el uso de máscaras y el manejo de títeres de técnica mixta. El resultado es un deleite para los sentidos. La propuesta de La Negra María Teatro, recrea episodios de la infancia de tres escritores chilenos cuyo denominador común es la resiliencia; ya que todos tuvieron que superar infancias plagadas de momentos difíciles para convertirse en grandes escritores. Episodios clave de la infancia de Baldomero Lillo, Gabriela Mistral, y Manuel Rojas, cobran vida ante nuestros ojos gracias a la magistral interpretación de los cuatro actores chilenos, quienes destacan por su alto nivel técnico. Con Niños que fueron grandes, nos encontramos frente a lo que Hans-Thies Lehmann denomina teatro posdramático, en el cual, el espectáculo no es el resultado de la puesta en escena de un texto dramático escrito por un dramaturgo, sino de un tejido escénico producido por los actores y el director directamente sobre la escena.

"Coatlicue 2.0" Fotografía de Erika Nuñez.

El mismo caso presenta la obra Coatlicue 2.0/ La diosa que vino del aire, bajo la dirección de Leonardo Villa y producción de la Compañía Trazmallo Ixinti de México. Este espectáculo unipersonal con actuación y textos de Daniel Loyola, se vale del personaje de la diosa de la tierra, luego transformada en la virgen de Guadalupe - paradigmas ambos de la madre por excelencia -, para hacer un recorrido caleidoscópico por la historia antigua y moderna de México. Con la utilización de máscaras, música en vivo y un escenario con flores y velas formando un círculo mágico, este único actor seduce a los espectadores, sobre todo, por la fuerza de su interpretación, como los antiguos narradores que evocaban a través de la oralidad y la gestualidad, mundos mágicos y distantes. La ilusión que logra el intérprete es tal, que, cuando al final de su función se quita la máscara, más de uno de los chicos que veían la función quedaron sorprendidos de que no fuera una actriz la que representaba al personaje. Otro aspecto interesante de la función de Coatlicue 2.0, estuvo en el manejo del lenguaje, pues no solo emplea el español, sino también, algunas palabras en náhuatl, que es la lengua indígena más extendida en México con alrededor de un millón y medio de hablantes. Los chicos del público, se identificaron con esta forma de hablar y lo celebraron con aplausos efusivos.

"Epic Tales from the Land of Melanin". Fotografía de Erika Nuñez.

Epic Tales from the Land of Melanin dirigido por Alyssa Vera Ramos es otro espectáculo de creación colectiva producido por la Compañía FE Melanin de Chicago, Illinois. Este espectáculo más que los anteriores, presenta una clara perspectiva de género, pues en su equipo creativo no aparecen más que mujeres. No menos importante es la cuestión del color, pues ya desde el nombre del espectáculo, nos propone ver el mundo de los no blancos. Ambos aspectos hacen de esta obra una experiencia interesante y provocador.  Epic Tales from the Land of Melanin utiliza las historias reales de mujeres de color en un mundo de blancos, y las combina con la fantasía y la aventura de cuentos y leyendas autóctonos. El resultado es una especie de viaje del héroe en el cual, los tres personajes femeninos, deben recuperar el poder que les ha sido arrebatado con la ayuda y participación del público.

"Tomás and the Library Lady". Fotografía de Erika Nuñez.

El último montaje del festival, Tomás and the Library Lady, con textos y música de José Cruz González y dirección de David Saar, es una producción de la Compañía Childsplay de Tempe, Arizona. Presenta la historia de Tomás Rivera, hijo de migrantes mexicanos, y su lucha por superar el miedo que le causó una maestra que lo castigó por hablar español. La discriminación que sufre el personaje se adivina en los subtextos, pero atenuada por los momentos musicales y el humor que se intercalan a lo largo de la obra. Con gran economía de elementos: 2 actores, proyecciones y una escenografía de libros, una mesa y maletas de viaje, la historia del hijo de migrantes que se convierte en rector de la Universidad de California en Riverside, es inspiradora y es muestra clara de este movimiento de revalorización y dignificación de la comunidad latina.

Por su parte, la lectura dramatizada de la obra Óyeme, the beautiful, de Miriam Gonzales - que integra distintos testimonios de adolescentes migrantes de Honduras y el Salvador -, muestra un estilo directo, conmovedor y emotivo, cuyo denominador común es la violencia y el deseo de superación. Esta obra resulta tristemente vigente en momentos en que las caravanas de migrantes centroamericanos estacionados en la frontera entre México y Estados Unidos, esperan una solución a sus pedidos de asilo político.

El último día del festival, José Cruz González compartió su experiencia en Dialogue/Diálogos: The Long Road Today, un proyecto de teatro social bilingüe realizado en la comunidad de Santa Ana, California y que tuvo una duración de dos años de intensa labor recopilando historias y testimonios de los habitantes de esa comunidad.

Ahora que el avión inicia los movimientos de acercamiento para aterrizar en este coloso que satura la mirada de metal, vidrio y concreto llamado Ciudad de México, pienso en todas las caras nuevas que he conocido en el festival, y en que cada rostro encierra una historia estimulante de descubrimiento, lucha y superación. Y mientras el avión toca tierra, me toma por sorpresa una pregunta. ¡Rayos! Si prácticamente todos los asistentes al festival éramos adultos - y algunos entrarían incluso en la categoría de adultos mayores -, ¿qué sabemos nosotros de los sueños, temores, necesidades e intereses de niños y jóvenes? Entonces viene a mi mente una revelación: en el fondo, solo somos niños con un poco de experiencia.

Participantes del Festival Sin Fronteras. Fotografía de Erika Nuñez.

De esta manera, el Festival Sin Fronteras siembra una semilla que promete nuevos encuentros y una más intensa actividad de intercambio en el teatro para niños y jóvenes a ambos lados de la frontera.

*****

Comentarios

Entradas Populares