Un mundo sin libros




"Ahora como siempre,
el inestable y precioso mundo puede perderse.
Sólo el libro puede salvarlo."
(Jorge Luis Borges)
     Con gran alegría y regocijo recibí la noticia de la publicación de la Obra Novohispana de Teatro. La conquista de México por Carlos V, editado por la Dirección de Publicaciones del Instituto Politécnico Nacional. Porque publicar un libro en nuestros días es una tarea ardua y llena de obstáculos, sólo apta - como decía Bette Midler en su canción The rose - "for the lucky and the strong" (para los suertudos y los fuertes). El mundo contemporáneo regido por la idea de que "el tiempo es dinero", orilla a la gente a alejarse cada vez más de la lectura de libros, que contrariamente a esta idea, implica justamente, invertir tiempo.
     Para muchos, la aparición de un libro nuevo puede parecer banal y poco trascendente, sin embargo, quizás sería pertinente imaginar un mundo sin libros como lo planteaba Ray Bradbury en su novela de 1953: Fahrenheit 451. Porque no es gratuito ni casual que los primeros objetivos a destruir por los regímenes autoritarios sean justamente los libros. Durante la Conquista de México, Diego de Landa organiza la quema de todos los códices mayas que llegan a sus manos; la inquisición se distingue por quemar a personas y documentos que van en contra de sus ideas religiosas; Franco, Hitler y Stalin hacen lo propio. Estos ejemplos muestran cómo el libro ha sido visto como un riesgo para el autoritarismo porque fomenta el pensamiento libre; porque cada nuevo libro es una oportunidad para pensar y analizar la realidad. 

     Por tal motivo, el hallazgo y publicación de esta obra - paleografiada por Alicia Bazarte Martínez y José G. Herrera Alcalá, enriquece nuestra visión de la actividad artística en el interior de los conventos novohispanos y especialmente, de una etapa extensa y fundamental de la historia del teatro mexicano. Extensa porque abarca casi tres siglos de historia; fundamental porque es el crisol que fusiona dos concepciones escénicas diferentes: la de la fiesta precolombina, donde la espectacularidad de la música y el baile son elementos indispensables, y la del teatro español, donde se privilegia el discurso y la palabra tiene el papel protagónico.

     Si bien la obra de Sor Juana Inés de la Cruz ha merecido la atención de estudiosos, especialistas y curiosos, poco se sabe del trabajo literario de otras monjas, que en el interior de los conventos, también ejercieron el oficio de la pluma. Por eso, el hallazgo de este documento resulta de un interés especial pues al ampliar la visión sobre la actividad artística al interior de los conventos, nos permite entender el surgimiento de Sor Juana como parte de todo un movimiento gestado de manera cotidiana tras los muros conventuales y no como el resultado del azar o de una generación espontánea extraordinaria.


     Otro elemento a destacar es la temática. Ya Sor Juana había tratado la confrontación de dos visiones diferentes del mundo, la indígena y la española, en su auto sacramental El divino Narciso intentando conciliar las diferencias. Por su parte, La conquista de México por Carlos V también reflexiona sobre el encuentro violento de las dos culturas y la visión de la alteridad desde la perspectiva de las monjas. Y siendo como parece, una creación conventual, la obra presenta una fuerte carga de religiosidad a lo largo del desarrollo de la trama. Ejemplo de esto son los presagios que se le presentan a Moctezuma sobre el fin de una era y el advenimiento de una nueva realidad; la aparición de un ángel que rescata a Xicoténcatl cuando va a ser sacrificado en lo alto del templo y la fe ciega y total de los soldados españoles liderados por Cortés al Dios y los santos católicos, y que a la postre determina su triunfo final y la conquista de México.  

     Si bien la obra retoma el formato en verso característico del teatro barroco español, presenta nombres y fragmentos de verso escritos en náhuatl, lo que ofrece al estudioso, vertientes de análisis y reflexión. El recurso del amor entre la india y el conquistador ya presente en la obra, preludia lo que en el siglo XIX retomarán escritores liberales románticos como: Ignacio Ramírez (La noche triste) y Alfredo Chavero (Xóchitl y Quetzalcóatl)
     El estudio introductorio plantea varias preguntas; entre las más interesantes está la que plantea la solución escénica que se dio en el interior de los conventos a la obra, ante la aparente imposibilidad de contar con actores varones para asumir los papeles masculinos. Pero también, nos muestra la lucha que emprendieron las monjas para defender su derecho a disentir y decidir libremente sobre su ocio ante las tentativas obispales de prohibirles escribir y hacer teatro.

     Finalmente, me parece que la publicación, estudio y análisis de un documento como La conquista de México por Carlos V promueve la discusión sobre la alteridad, el encuentro con lo extranjero, lo diferente, lo otro y que resulta de gran pertinencia en la actualidad cuando el mundo enfrenta el grave problema de los refugiados, la migración y la ascensión de visiones extremistas que promueven la xenofobia, el terrorismo y la guerra.

*****





Comentarios

Entradas Populares