Ok y los saldos de guerra
El ritmo
acelerado del mundo contemporáneo nos lleva a buscar distintas maneras de
ahorrar tiempo. Uno de los valores más apreciados en la actualidad es, junto con
la comodidad, el de la rapidez. Conexiones aceleradas de Internet, trenes de
alta velocidad y autopistas urbanas que nos permiten trasladarnos de un lugar a
otro en el menor tiempo posible, son sólo algunas de las manifestaciones de
esta tendencia.
En el
lenguaje cotidiano observamos también el uso frecuente de las abreviaciones y
contracción de palabras que persiguen el mismo objetivo: amentar la velocidad
de la comunicación. Sin embargo, hay una contracción que llama poderosamente mi
atención por su recurrencia en distintos contextos: OK. Pero ¿de dónde viene esta expresión que usamos con
tanta frecuencia?
La
primera referencia escrita aparece en 1815 en el diario de un viajero que iba
de Boston a Nueva Orleans. Algunos años más tarde, en 1839, encontramos la
primera referencia impresa en el periódico Boston
Morning Post en una editorial escrita por Charles Gordon Green. Ambos
textos ubican las primeras fuentes escritas del OK en la región de Boston en el
estado norteamericano de Massachusetts.
Sin
embargo, el uso del ok como una contracción de all correct, o de acuerdo,
parece haberse extendido después de la Guerra
Civil de los Estados Unidos entre 1861 y 1865. En una época
en la que no hay televisión, internet, gadgets o redes sociales, las noticias
debían comunicarse de boca en boca o por escrito. La necesidad de conocer el balance diario de
las batallas hizo que en los campamentos, se colgaran pizarras en las cuales se
anotaba el número de bajas. Cuando en las pizarras aparecía el número cero
seguido de la letra K, significaba cero
kill es decir, ningún muerto.
De
acuerdo a esta versión, con el paso del tiempo se fue relacionando el Ok con
los distintos significados que tiene hoy en día, extendiéndose no sólo en los
Estados Unidos, sino también a todo el resto del mundo. A lo largo del tiempo, hemos
usado esta expresión mientras hablamos o escribimos y resulta sorprendente que
esta locución se haya popularizado como un saldo de guerra.
Y si te
interesa el concepto del tiempo, te recomiendo la lectura de La máquina del tiempo, de H. G. Wells,
uno de los más importantes autores ingleses de ciencia ficción. Entre sus obras
destacan El hombre invisible, Los primeros hombres en la luna y por
supuesto La guerra de los mundos que
en una versión radiofónica de Orson Wells causo pánico entre los radioescuchas
por su realismo. A raíz de su gran éxito editorial, todas estas obras han sido
adaptadas al cine.
no pues es una interesante informacion sobre como unas paalbara que usamos actualmente tenian un significado difereten . no sabia su historia de esas simples palabras.
ResponderEliminarQué gusto que te parezca interesante. Espero que encuentres más entradas que puedan serte útiles.
ResponderEliminarSaludos.