Me cayó el veinte


        Estoy en una comida familiar. Primos, tíos, hermanos y sobrinos nos sentamos alrededor de la mesa, platicando y riendo. Tres generaciones de la familia nos encontramos reunidos cuando mi hermana Laura dice; ¡Fue entonces que me cayó el veinte! Al instante se hace el silencio y todos los sobrinos voltean a verla preguntando: ¿Qué es eso? 

        Es interesante descubrir que expresiones cotidianas como esta, requieren de un contexto y de referentes temporales para tener sentido. Para comprender lo que significa Me cayó el veinte, hay que trasladarnos al menos unos treinta años en el pasado, antes de que la telefonía móvil se popularizara. Hay que tomar en cuenta que aunque el primer celular se inventó en 1973, no fue sino hasta 1983 que se pudo usar, ya que en ese año se creó la primera red de telefonía móvil en el mundo. En aquel lejano pasado, la comunicación se hacía desde los teléfonos fijos de casa o los teléfonos públicos que se encontraban distribuidos en las esquinas de las calles. 

        Los teléfonos de monedas fueron un invento de William Gary en 1889 y en México funcionaron como teléfonos públicos hasta bien entrada la década de los 90. Estos teléfonos públicos funcionaban con monedas, originalmente monedas de veinte centavos que se introducían en una ranura. Para poder hacer una llamada, había que introducir la moneda en la ranura, marcar el número deseado y esperar. Cuando la persona a la que estábamos llamando contestaba, la moneda caía en la alcancía y era entonces y sólo entonces, que se establecía la comunicación.
        La expresión alude así, al momento en que la comunicación entre un emisor y un receptor se completa. Me cayó el veinte significaría entonces algo así como: ¡Ah, ya entendí! 

        Es sorprendente que equivalentes de esta expresión existan en otros países como Inglaterra, Alemania, Rumania e Israel. En Argentina se dice: Me cayó la ficha, en Venezuela me cayó la locha y en Brasil caiu a ficha, todas con la misma significación que nuestra Me cayó el veinte. 

        Y si te gusta investigar en la historia para encontrar el origen y el significado de las cosas, seguramente disfrutarás el libro Historia del nombre y de la fundación de México de Gutierre Tibón, escritor, historiador y lingüista italo- mexicano quien en su libro echa mano de anécdotas, referencias a códices, crónicas, arqueología, etimología e historia para desentrañar el significado de la toponimia de México.


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