Edipo y los problemas de tránsito
Es
común encontrar conductores apresurados
a quienes sólo les interesa pasar primero y que parecen estar dispuestos
a todo con tal de lograrlo. Podríamos pensar que el estrés producido por el
tránsito citadino es un problema del mundo moderno. Sin embargo, la mitología
da cuenta de un altercado de tránsito, varios siglos antes de Cristo en la
antigua Tebas, que provocó una de las más famosas tragedias de la historia.
Se
cuenta que el rey Layo de Tebas deseaba un hijo más que nada en el mundo, pero
cuando su esposa Yocasta al fin pudo cumplir su deseo, el Oráculo de Delfos
(que era el instrumento de los dioses para predecir el destino de los humanos)
le informó que el hijo engendrado por él, mataría a su padre y se casaría con
su madre.
Asustado por
esto, el rey Layo intentó evadir el destino. Perforó los pies del recién nacido
y lo entregó a un pastor para que lo arrojara al mar. Sin embargo, el pastor,
compadecido del pequeño, lo llevó a Corinto y lo dejó en custodia del rey Pólibo
quien deseaba a su vez un heredero. El niño recibió el nombre de Edipo (pies perforados).
Cuando Edipo
creció, escuchó rumores sobre su nulo parecido con los que él pensaba eran sus
padres. Entonces fue a consultar el Oráculo y quedó horrorizado al escuchar su
destino: Matarás a tu padre y te casarás
con tu madre. Edipo, al igual que Layo antes que él, intentó evadir el
destino y huyó de su casa, alejándose lo más posible y jurándose no regresar mientras
sus padres vivieran.
Caminando hacia
Tebas, se encontró en un cruce de caminos con un lujoso carruaje. De manera
déspota y prepotente, los ocupantes intentaron pasar primero, pero Edipo,
indignado por tal actitud, se resistió. Se hicieron de palabras y el ocupante
lo golpeó con un bastón. Edipo enfurecido, se defendió y lo golpeó con tal
fuerza que lo dejó ahí muerto. Cegado por la ira, Edipo no reparó en que aquél
hombre tenía la edad suficiente como para ser su padre. Olvidó lo que había
dicho el Oráculo y sin saberlo, al querer huir de su destino, lo estaba
cumpliendo pues aquel hombre muerto en el camino era Layo, su verdadero padre.
Para saber qué pasó
después de esto, te recomiendo leer la obra Edipo
rey de Sófocles, considerada como la más grande tragedia de la historia. De
hecho, fue tal la influencia de este mito, que el padre de la psiquiatría,
Sigmund Freud se basó en él para definir el Complejo
de Edipo.
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