La historia detrás de un libro





Cuando entramos en las librerías y vemos los estantes llenos de ejemplares nuevecitos, difícilmente pensamos en todo el trabajo que hay detrás de cada nuevo lanzamiento. Cada libro encierra una historia. Y no me refiero a la ficción que desarrolla a lo largo de sus páginas, sino a la historia de su creación, de su gestación desde que solo existía como una idea o como un sueño en la cabeza del escritor. Rara vez nos enteramos del camino que llevó a esos libros hasta el estante de una librería y luego, tal vez, hasta nuestra biblioteca. Pocas veces tenemos la oportunidad de desvelar el misterio y descubrir el camino secreto que han recorrido estos maravillosos artefactos hechos de palabras, tinta y papel. Pero ahora, todo esto va a cambiar, porque voy a contarte un secreto: el largo y sinuoso camino de mi libro.

Cuatro años atrás yo era otro. Había trabajado durante meses una idea, escribiendo sin rumbo fijo, sin saber a dónde podría llevarme el impulso creador, descubriendo el camino mientras avanzaba. Me abandoné al instinto de escritor y dejé que los personajes me hablaran y me dijeran hacia dónde querían ir. Los dejé libres y ellos susurraron en mi oído, habitaron mis sueños y me acompañaron en las vigilias. Tomaron café conmigo y charlamos largas horas. Y un personaje me presentó a otro y este, a uno más. Así, la historia se fue poblando de seres que la habían hecho su mundo. Un mundo hecho de palabras y de mi necesidad de ordenarlo al escribirlas. Porque en el principio, solo estaba la angustia. El caos de una hoja en blanco, muda, sin palabras. Y después de una lucha titánica de meses, la historia estuvo terminada.

Pero eso solo fue el inicio del camino. Luego, fue leída en voz alta, analizada y editada gracias a la colaboración de diversas personas que amablemente estuvieron dispuestas a brindarme su opinión. Ajusté algunos pasajes y eliminé otros hasta que la historia empezó a fluir de manera natural. Cuando el texto pareció finalmente sólido y correctamente estructurado, se quedó archivado esperando la oportunidad de salir a la luz. Pasaron tres años hasta que una oportunidad se presentó y pude enviar el manuscrito a una editorial para ser valorado. Dos meses después de haber enviado el texto, recibí la noticia de que la obra había pasado los cuatro filtros de selección de la editorial y que estaban interesados en publicarla. Sin embargo, como autor poco conocido, la única manera de reducir el riesgo, era a través de una coedición en la cual yo tendría que pagar parte de la impresión.

A partir de ese momento, empecé a buscar formas para financiar la impresión del libro. Lo intenté a través de una plataforma de fondeo colectivo, pero, aun cuando muchos de mis conocidos le dieron “me gusta”, poca gente estuvo dispuesta a aportar dinero a la campaña de recaudación. Así que cuando el plazo de la campaña terminó y al no alcanzar la meta, me quedé como al principio: sin financiamiento.  Fue un fracaso doloroso, pero aprendí que algunas de las recompensas ofrecidas a los donadores habían sido atractivas. Así que decidí intentarlo de nuevo, pero ahora los depósitos serían directamente a mi cuenta y sin intermediarios. De esta manera, ofrecí los libros en preventa y a quien aportó un poco más, le escribí un cuento en el cual él o ella fueron los protagonistas de la historia. La iniciativa con las nuevas facilidades para entregar los recursos económicos fue lo suficientemente exitosa como para generarme un doble beneficio: por un lado, alcancé a recaudar valiosos fondos y por el otro, tuve la excusa perfecta para escribir varios cuentos que en un futuro serán parte de un nuevo libro.   

Este tortuoso proceso duró un año más, hasta que pude agendar una cita con el representante de la editorial y reactivar los trabajos de edición del libro. Una vez elaborada la maquetación, me enviaron las pruebas para revisión, luego, me mostraron dos diseños de portada para elegir y finalmente, me enviaron los archivos finales para autorización. Así, tras poco más de cuatro años de esfuerzo, dedicación y lucha constante, finalmente el libro está listo para ver la luz. Debo admitir que nunca imaginé que publicar este libro me iba a enfrentar a tantos obstáculos, fracasos y frustraciones. Los retos planteados por este libro me obligaron a encontrar soluciones que jamás habría imaginado. Por todo esto, debo estar profundamente agradecido, porque cada fracaso me llevó a explorar nuevos caminos. Y ahora, ante la inminencia del lanzamiento, me surgen nuevas preguntas: ¿se venderá mi libro? ¿les gustará la historia?

Son preguntas que pronto se resolverán. Por ahora solo puedo decir que me siento muy satisfecho, porque ya es un triunfo muy grande haber llegado hasta aquí y tener finalmente el libro publicado. Lo que a mí me tocaba hacer, ya está hecho. Cuatro años de mi vida están condensados en ese artefacto hecho de palabras, tinta y papel. Ahí están contenidos muchos sueños y temores, sangre y dolor, juego e ironía. Ahora te toca a ti echarle un vistazo y decidir si lo dejas entrar en tu biblioteca.

3114 es un thriller lleno de acción y aventura sobre el olvido, el amor y la violencia donde tres dimensiones se entrelazan y chocan generando un desenlace sorprendente. Imagina un mundo donde la violencia ha tomado por asalto las calles. Ahí, dos jóvenes intentan adaptarse a roles que les exige una sociedad que no entienden. Sin buscarlo, los protagonistas quedan atrapados en una intriga donde una serie de asesinatos extraños y misteriosos parecen estar relacionados con la inscripción de una antigua vasija maya que hace referencia al año 3114 antes de Cristo.

 Los protagonistas tienen que correr por sus vidas mientras intentan descifrar el misterio de quiénes son, porque la ignorancia, literalmente, puede hacerles perder la cabeza. Con un toque de humor y fantasía, 3114 nos lleva a preguntarnos si en realidad no somos los héroes de un mito, pero que, en algún momento de nuestra vida, lo olvidamos… por amor. 

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