Teatro y campo laboral (Primera parte)




     En días pasados participé en una clase muestra para alumnos de bachillerato. Estas actividades están diseñadas para que los jóvenes con inquietudes artísticas, puedan probarse en una clase y tener una idea más clara de lo que les espera si entran a la licenciatura en Teatro y Actuación. Aunque la sesión fue breve, la interacción con los participantes me llevó a reflexionar sobre algunos aspectos importantes y que impactan directamente a los aspirantes a esta disciplina artística. 

En una entrada anterior del blog había tocado el tema del teatro y la educación profesional, y aunque el incremento en la oferta de licenciaturas en el área del teatro y la actuación apunta a una mayor aceptación social de estas actividades, aún se puede observar una seria preocupación en lo referente a la estabilidad económica que estas carreras ofrecen. En este sentido puedo comentar que, antes de empezar la sesión, una de las participantes comentó que sus papás sólo le permitirían estudiar teatro, si paralelamente estudiaba otra carrera. Aunque a primera vista este ejemplo puede parecer prejuicioso, en realidad no está exento de lógica, porque a diferencia de otras profesiones en las cuales un egresado puede buscar empleo en un periódico o sitio de colocación laboral y aspirar a un puesto con sueldo estable a lo largo de muchos años, en nuestra profesión eso no ocurre y lo más probable es que seamos trabajadores eventuales toda la vida.



     Al terminar la sesión, otra alumna me preguntó si están trabajando los egresados de la carrera. ¡Vaya! – Pensé – esa es una pregunta inteligente y que no puede responderse con un simple sí o no. En realidad, más que una respuesta, esa pregunta genera otra no menos compleja: ¿Cuáles son las perspectivas laborales reales de un egresado de teatro o actuación en la actualidad? La primera alternativa sería intentar integrarse al mercado ya existente y jugar de acuerdo a sus reglas. Sin embargo, las que aparecen en el imaginario colectivo como opciones inmediatas y más atractivas, en su mayoría se encuentran saturadas, los nuevos proyectos son cubiertos con actores ya posicionados o conocidos del director y los productores. Entonces, si consideramos que muchas escuelas se oponen a que los alumnos trabajen mientras estudian y los lanzan al mundo laboral con poca experiencia y mínimos contactos, en términos reales los hacen competir con una enorme desventaja.

En todo caso, el mercado más visible en la actualidad se encuentra representado por los siguientes medios.



1)   Televisión: Este medio es el que más acapara la imaginación de los aspirantes a actor – actriz. Es el que más exposición tiene y permite a algunos privilegiados ingresos jugosos y la consolidación de una carrera. Sin embargo, en la realidad, el medio está bastante cerrado y las principales cadenas de televisión – Televisa y TV Azteca – "fabrican" lo que necesitan en sus escuelas o lo importan. Responden a estereotipos raciales y no a capacidad histriónica y por ser el de más exposición, está saturado y es altamente competitivo. Además, está concentrado significativamente en la Ciudad de México, lo cual plantea una seria desventaja para los egresados de otras partes de la república. En lo que respecta a la relación oferta – demanda, existe más oferta de actores que demanda. Normalmente requiere pertenecer a la ANDA (Asociación Nacional de Actores).


2)   Cine: Aunque permite un trabajo más artístico que la televisión y los sueldos pueden considerarse como aceptablemente buenos, aún tiene una producción bastante limitada. Las productoras también están concentradas en la Ciudad de México y para ingresar al medio, normalmente se requiere pertenecer a alguna agencia de castings para actores. Los papeles protagónicos también están concentrados en estrellas de televisión.



3)   Teatro Comercial: El gran monopolio lo tiene OCESA y algunos otros productores que utilizan a actores consagrados – principalmente estrellas de televisión – para los papeles protagónicos. Rara vez se hacen audiciones pues los directores prefieren trabajar con gente conocida y cuando hay audiciones – que normalmente son multitudinarias - son para papeles secundarios, ensambles y cuerpo de baile.  Al igual que las anteriores, la producción está concentrada principalmente en la Ciudad de México.




4)   Teatro independiente: Ha sido orillado a la casi extinción a causa de iniciativas gubernamentales como las becas del FONCA que presionan a la comunidad artística a comportarse como empresas y no como artistas; que obligan al artista a elaborar un plan de negocios y lo hacen creer que necesita un aval y obtener permiso para poder crear. Así, en lugar de incentivar y democratizar la creación, en la práctica la inhiben pues se ha creado una clase privilegiada que tiene acceso a espacios y programación mientras que para la mayoría queda vedado el acceso a estos beneficios. Las políticas impulsadas por el FONCA y seguidas en la actualidad por casi todos los espacios escénicos, han impuesto condiciones totalmente abusivas e indignas para los artistas, haciendo casi imposible la viabilidad económica de estos colectivos.



5)   Nuevos formatos: Iniciativas como Microteatro, Teatro en Corto, etc., han surgido en los últimos años para ofrecer opciones laborales a actores, colectivos teatrales y público. Sin embargo, presentan muchos de los problemas contemplados para el Teatro independiente. Por ejemplo, Microteatro exige exclusividad del proyecto por 5 años, es decir, que la producción no puede comercializarse en ningún otro espacio durante ese tiempo, lo cual resulta poco ventajoso para el colectivo pues su inversión queda parada. Se dan 6 funciones diarias de jueves a domingo, es decir 24 funciones por semana por 6 semanas para un total de 144 funciones y si la producción no ingresa un número mínimo de espectadores, debe cubrir un pago adicional. Así las cosas, para la mayoría de los proyectos la viabilidad económica es mínima y el desgaste monumental.



6) La docencia: Éste es el rubro que ofrece más puestos de trabajo para los egresados. Un pasante puede dar clases en casas de cultura y talleres artísticos sin valor curricular. Un licenciado, en primarias, secundarias y bachilleratos. Un maestro, en universidades a nivel licenciatura. Un doctor, en universidades a nivel posgrado. Sin embargo, aunque la docencia es la actividad que ofrece mayor estabilidad económica y los ingresos se incrementan en proporción al grado de estudios, rara vez es la primera opción de los egresados. Además, existe el prejuicio de que la docencia es sólo una opción para los artistas frustrados.

     Y entonces, si el mercado existente se encuentra saturado o se comporta con condiciones tan desfavorables, ¿qué se puede hacer? Bueno, pues, una vez más, la pregunta es compleja y lo más adecuado será intentar desarrollarla en la próxima entrada del blog.  

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Comentarios

  1. Interesante artículo maestro ojalá que tenga muchos lectores, es muy preciso en todo lo que comenta.

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