Libros electrónicos



     Decidí comprar un lector de libros electrónico – aunque en principio me resistí mucho a la idea – debido a que por mis estudios de posgrado y mi actividad como profesor tenía que leer muchos documentos en dispositivos electrónicos. Mis ojos, ya de por si con problemas de miopía y astigmatismo estaban resintiendo la exposición prolongada a la luz de las pantallas. Entonces decidí que era el momento de hacer mis prejuicios a un lado.

     Aunque hay muchas opciones diferentes en el mercado, adquirí un Papyre 630 de la empresa española Grammata y a través de su uso, he descubierto varias ventajas interesantes de los lectores electrónicos.




1.   Ligereza. Un lector electrónico me permite llevar gran cantidad de libros - gracias a su memoria de 4 GB - en un solo dispositivo que no pesa más de 190 gramos. Esto no es un detalle menor para quien debe llevar en la mochila una laptop, plumones, borrador y 5 o 6 libros para las distintas materias de cada día.

2.   Comodidad. El lector electrónico permite leer con una sola mano y cambiar las páginas con un dedo, dejando libre la otra mano para agarrarte a los tubos en el trasporte público y no morir en el intento de cambiar de página. Además, no se corre el peligro de que si van las ventanas abiertas – como sucede en las horas pico cuando el calor puede ser verdaderamente infernal – el viento te mueva las hojas impidiéndote leer.

3.   Facilidad. Se pueden trasferir libros y documentos de distintos formatos (TXT, PDF, EPUB, PDB, FB2, RTF, MOBI, DRM) directamente desde la computadora o convertirlos a epub en programas gratuitos como el Caliber e-book management. También se pueden descargar directamente de la red gracias a su conexión WiFi.

4.   Economía. Gracias a la expansión que están teniendo las ediciones electrónicas actualmente, existe una gran cantidad de sitos web que permiten descargar gratuitamente libros o comprarlos por un precio menor a las ediciones en papel. El costo de producción es menor, no hay gastos por envío y se puede disponer de ellos en pocos minutos.

5.   Leer en cualquier momento. Gracias a que muchos dispositivos actuales ya cuentan con pantallas de luz indirecta, mucho más amigable con la vista, es posible y cómodo leer aún en condiciones de oscuridad. Algo que hubiera agradecido mucho en mis épocas de estudiante de licenciatura cuando tenía que leer en el trasporte público con muy poca luz.

6.   Cuidado de la vista. Gracias a su pantalla de tinta electrónica, es lo más parecido a leer en papel; su pantalla de 6 pulgadas es más grande y adecuada para la lectura que la pantalla de un teléfono y otro aspecto interesante para miopes como yo es que te permite elegir el tamaño de la fuente, que gracias al formato epub, adapta el texto al tamaño de la pantalla.

7.   Espacio. Cuando la lectura se ha convertido en una actividad cotidiana, es común que los libros empiecen a acumularse en todos los espacios disponibles: mesas, sillas, encima de la tele, bajo la cama y hasta los rincones más olvidados, y que tu familia no esté dispuesta a admitir un libro más. En estos casos, los libros electrónicos requieren un mínimo de espacio físico, no se llenan de polvo y no es necesario sacudirlos. ¡Genial!

8.   Ecología. Para hacer un libro de papel es necesario cortar árboles pero un libro electrónico no requiere papel.





     De igual manera debo reconocer que no todo es miel sobre hojuelas. Entre los inconvenientes de los lectores electrónicos tenemos dos que me parece importante destacar.

1.   Lentitud. El dispositivo tarda algunos segundos en cargar el libro o documento para leer.

2.   Anotaciones. Para los lectores que como yo estamos acostumbrados a subrayar y hacer anotaciones al margen mientras leemos, es recomendable tener una libreta y lápiz a la mano ya que realizar notas en el dispositivo no es tan rápido ni amigable.


     Por lo demás, pienso que los lectores electrónicos son parte de la evolución del libro. Hoy en día a nadie se le ocurriría llevar una pieza de barro con escritura cuneiforme o la piedra Rosetta para leer en el metro porque a todas luces eso no sería muy cómodo ni práctico. Lo importante del libro está en las ideas y universos que contiene, no en el soporte sobre el cual está escrito.
     ¿Acaso esto anuncia la desaparición del libro? Me parece que todo lo contrario. Libros son las tablillas de barro, los rollos de papiro, los códices, las copias manuscritas de las bibliotecas medievales, los libros impresos en papel y los de tinta electrónica. Quizás la experiencia de leer sea diferente, pero, me parece, que cada uno de estos libros mantiene vivo en nosotros el placer de la lectura.
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