La biblioteca


        Me siento en la zona de comida rápida de la estación del tren suburbano Buenavista. Desde esta altura, alcanzo a ver algunos edificios emblemáticos de esta zona de la ciudad. Entre lo que más llama mi atención están las maravillosas torres del Museo Universitario del Chopo, cuya  arquitectura nos remiten al Art Nouveau, y la estructura de la Biblioteca Vasconcelos, con un contrastante diseño modernista, inaugurada en 2006.        

Mientras como un rollo de sushi y un té helado, pienso en el largo y sinuoso camino que las bibliotecas han recorrido desde sus inicios hace más de cuatro mil años y que ha avanzado a la par de la escritura y de los libros. Todo indica que las primeras bibliotecas nacieron en los templos mesopotámicos y su función era básicamente conservar los documentos importantes para las clases gobernantes. Se escribían en tablillas de barro y gracias a este tipo de espacios, ha llegado hasta nosotros el texto literario más antiguo que se conoce: la Epopeya de Gilgamesh.

En la antigua Grecia, surgen los antecedentes más próximos de las bibliotecas modernas desvinculadas de los templos, una de ellas es la biblioteca de Alejandría. Durante la Edad Media, es la Iglesia Cristiana la gran protectora de los libros a través de las bibliotecas de los monasterios. Y es en uno de estos monasterios donde se sitúa la acción de la novela de Umberto Eco El nombre de la rosa, en la cual, los momentos culminantes de la aventura se sitúan en el interior de una laberíntica biblioteca. 

En tiempos más recientes, las bibliotecas han capturado la imaginación como espacios misteriosos de aventura y descubrimiento. En la película La leyenda del tesoro perdido, el libro de los secretos, el escenario lo ofrece la Biblioteca del Congreso donde se oculta un libro lleno de secretos como: el caso Watergate, el Área 51 y el asesinato de John F. Kennedy. Un dato interesante es que la clasificación de muchas bibliotecas de nuestro país, sigue la nomenclatura de la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos. 

Otra película de acción con escenas importantes situadas en estos espacios propios para libros es Jumper, basada en la novela de Steven Gould. En esta película de ciencia ficción, David, el protagonista, descubre su capacidad de tele transportarse mientras se ahoga en un río congelado y el primer lugar al que salta es justamente la biblioteca de su escuela. Mientras reconoce el lugar al que ha llegado, David, lee un cartel en la pared que dice: “Escapa a tu biblioteca”.  

Y tú, ¿alguna vez has escapado de la rutina y la monotonía  viajando a una biblioteca? Si te gusta la idea, te recomiendo visitar la Biblioteca Vasconcelos, que con un acervo de 575 mil libros, seguramente tendrá algo para ti.

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